¿Es la ansiedad un problema real en la vida de la estudiante universitaria?
La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés o peligro, no se trata de una enfermedad. Es una reacción normal que ayuda a las personas a enfrentar situaciones difíciles al poner en marcha el «sistema de lucha o huida». En estas situaciones, el cuerpo libera hormonas como la adrenalina que aumentan la frecuencia cardíaca, mejoran la concentración y preparan al cuerpo para reaccionar rápidamente.
Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva, persistente o desproporcionada en respuesta con la situación real, puede convertirse en un trastorno de ansiedad. Los trastornos de ansiedad son preocupantes cuando nos afecta a la calidad de vida y pueden interferir en nuestra capacidad para llevar a cabo las actividades diarias.
La estudiante universitaria padece a lo largo de su formación múltiples momentos de ansiedad como una reacción normal al estrés. Esto nos mantiene alerta y nos recuerda nuestras obligaciones.
Los síntomas de la ansiedad pueden incluir preocupación excesiva, nerviosismo, tensión muscular, dificultad para concentrarse, irritabilidad, problemas para dormir y síntomas físicos como dolores de cabeza o problemas gastrointestinales.
Es importante señalar que la ansiedad es una experiencia común y puede manifestarse de manera diferente en cada persona. Si la ansiedad interfiere significativamente en la vida cotidiana de alguien o se vuelve abrumadora, es recomendable buscar ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, para obtener un diagnóstico preciso y desarrollar un plan de tratamiento adecuado.
Hacer de los momentos de ansiedad un aliado productivo.
Conseguimos que los estados de ansiedad no sean un problema y supongan algo puntual si disponemos de las herramientas necesarias y las practicamos. Te dejamos estos consejos desde la residencia Inmaculada.
¿Cómo supero mi ansiedad ante los exámenes?
- Aprende a controlar tu respiración. Relaja tu cuerpo y practica la respiración profunda.
- Práctica ejercicio a diario. La actividad física te ayuda a reducir la ansiedad al liberar endorfinas, que son sustancias químicas cerebrales que mejoran el estado de ánimo. Intenta incorporar ejercicios aeróbicos como caminar, correr, nadar o practicar yoga en tu rutina diaria.
- Establece rutinas: Tener rutinas diarias reconforta te ofrece la seguridad de la previsibilidad, lo que te ayuda a reducir la incertidumbre que a menudo desencadena la ansiedad.
- Meditación y mindfulness: La meditación y la atención plena (mindfulness) pueden ayudar a mantener el enfoque en el presente, reduciendo así la preocupación sobre el futuro. Practicar la atención plena regularmente puede mejorar la capacidad para lidiar con el estrés.
- Establecer límites: Aprende a decir no cuando sea necesario y establece límites saludables en tus compromisos para evitar sentirte abrumada.
- Mantén una dieta equilibrada: Una alimentación saludable tiene un impacto positivo en el estado de ánimo y la salud mental en general. Evita el exceso de cafeína, azúcares y alimentos procesados.
- Descanso adecuado: Asegúrate de dormir lo suficiente. La falta de sueño puede aumentar la sensación de ansiedad.
- Habla con alguien: Compartir tus preocupaciones con amigos, familiares o un profesional de la salud mental puede aliviar la carga emocional y proporcionar perspectivas útiles.
- Identificar y rechazar los pensamientos negativos: Practica la autoobservación y desafía pensamientos negativos o catastróficos. Trabaja en cambiar patrones de pensamiento negativos por otros más realistas y equilibrados.
- Buscar ayuda profesional: Si la ansiedad persiste o afecta significativamente tu vida diaria. Apóyate en un psicólogo o un psiquiatra, que pueda proporcionar orientación y tratamiento adecuado.
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