La Real Academia Española define la procrastinación como: Diferir, aplazar. A efectos prácticos es cuando no deseamos realizar una tarea, retrasándola en el tiempo con la seguridad de que nos estamos perjudicando.
Mas allá de la pereza, la procrastinación es un problema cuando se convierte en un hábito. Nos perjudicamos de un modo consciente y con el tiempo puede producirnos estrés. No es extraño que esté acompañado de un sentimiento de culpabilidad e infelicidad a la larga.
Para evitar el malestar que nos produce la culpa, recurrimos a distraernos con actividades que nos ocupan nuestro tiempo productivo para realizar la tarea pendiente. Es habitual distraemos con obligaciones que sabemos que nos van a impedir enfrentarnos a la tarea que deseamos procrastinar.
En la vida de estudiante la procrastinación sucede con mucha más frecuencia de lo deseado. La mayoría de las veces por inseguridad, dudamos de nuestra capacidad para enfrentarnos a la tarea y disfrazamos nuestros auténticos sentimientos con una falsa confianza. La realidad es que tememos enfrentarnos a tareas que pensamos que nos superan. Esta actitud nos agota y frustra.
La procrastinación es culpable de la infelicidad del estudiante y nos engañamos enmascarando el problema:
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Aparentando seguridad y confianza, “luego lo hago, tengo tiempo de sobra”.
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Pereza: “Solo es un merecido descanso. Es que no paro”.
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Excusas: “Ahora me pongo”, “termino esto primero”.
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Negación: “Me centro las últimas horas a tope, y listo”.
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La temida crisis: “No, es imposible que pueda con todo esto”. “Debería de haberlo hecho antes”.
Pero ¿Cómo vencer la procrastinación? No es fácil si para ti es un hábito. Pero puedes ir reduciendo el número de veces que recurres a ella, hasta eliminar esta actitud.
Te dejamos esto tips para no procrastinar más y ser feliz:
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Reconoce que procrastinas. Analiza tu actitud con objetividad. No tiene sentido engañarte.
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Repasa las últimas veces que procrastinaste.
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Intenta deducir la razón, para saber cuál es tu punto débil y enfrentarte al problema.
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Imponte con una actitud marcial. “Tengo que hacer la tarea y no existe la posibilidad de aplazarla”.
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Cuando empieces a articular excusas, tienes que ser consciente de que todo lo que suponga abandonar tu obligación es inaceptable.
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Crea un entorno adecuado. En la residencia universitaria puedes compartir espacios de trabajo con compañeras de estudio e imitar su disciplina. Evita estar sola si sabes que puedes entretenerte con nada.
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Gestiona tu horario. El tiempo no es infinito y es fácil perderlo.
Si no te ves capaz de abandonarla tu sola, busca ayuda. En un principio puedes comentárselo a una amistad que consideres un buen ejemplo para organizar tus horas con ella.
En resumen: Como estudiante universitaria, no te castigues ni critiques con severidad. Se trata de mejorar la organización de tu tiempo. Ten la certeza de que evitar procrastinar te hará más feliz. Con las obligaciones concluidas disfrutaras de tus momentos de ocio sin remordimientos.